El cuidado y administración de espacios óptimos y flexibles, contribuye en el bienestar de sus ocupantes a través de la transformación de sus experiencias al momento de interactuar con los lugares de trabajo y zonas físicas que lo complementan.
Centro Cultural Julio Mario Santo Domingo - Zona Común
Como les compartimos en nuestro anterior artículo “Entender a los clientes finales, el primer paso en diseño retail para potencializar las ventas”, los espacios se han venido modificando conforme a la búsqueda del bienestar de las personas, teniendo como punto de partida circunstancias propias de cada era y situaciones de salud pública, además del mercado y las tecnologías.
Teniendo en cuenta lo anterior y las condiciones actuales, indudablemente dentro de los espacios corporativos se están llevando a cabo varias modificaciones en la gestión partiendo del análisis presupuestal hasta el mantenimiento y adecuación a través de las cuales se busca aumentar los volúmenes de ventilación, iluminación natural, liberación de espacio público en favor del espacio verde y la inclusión de lugares más amables, humanos y naturales, contribuyendo en el bienestar de los habitantes de las oficinas y edificios. Por lo anterior es importante diseñar y operar un edificio de manera inteligente, con la finalidad de minimizar los riesgos y contribuir en el bienestar y la construcción social, desarrollando espacios óptimos y flexibles para los inquilinos.
Como respuesta a lo anterior, se están tomando acciones donde las zonas comunes usadas normalmente en los edificios corporativos para descanso como las terrazas abiertas, lugares de comida, salones de reuniones y espacios de entretenimiento, ahora están teniendo limitaciones de uso y horario, así como también las oficinas. Por ello, desde nuestra gestión y administración de espacios corporativos (zonas comunes, oficinas, edificios de todo tipo) garantizamos el óptimo funcionamiento de los lugares, unificando y estableciendo los protocolos de bioseguridad acordes con los edificios/oficinas, desarrollando prácticas de prevención, modificaciones pertinentes de los espacios tanto en uso como en estructura y también asegurando el funcionamiento de los equipos para que puedan operar de manera óptima ajustados al presupuesto anual, sin generar afectaciones, a través de la estructuración e implementación de estrategias que impactan positivamente el inmueble y que permiten tomar decisiones financieras precisas traduciéndose en la preservación y la valorización de los activos.
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