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Experiencias positivas y conexiones entre espacios y personas


Como en toda actividad que involucra personas, el manejo de activos inmobiliarios depende del ser humano que opera o vive en ellos, durante cada fase del ciclo de vida útil de los mismos.

Un activo posee indicadores de rendimiento, que van cambiando a medida que este evoluciona y dependen de una cadena de eventos positivos o negativos, según la etapa de su ciclo.


Desde el proceso creativo para idear un proyecto, hasta el control de equipos en una operación de un edificio, todo está íntimamente ligado al desempeño de seres humanos que los gestionan.

El manejo de activos inmobiliarios desde nuestro punto de vista implica, además de otras cosas, un verdadero entendimiento de las necesidades, emociones, sentimientos y reacciones de los grupos humanos que los manejan y habitan en ellos.


Comprender, medir y poder usar este conocimiento es una herramienta nueva que cambia completamente la forma de ver la relación personas-edificios.

En un mundo donde el tiempo es el activo más valioso para las personas, cualquier interacción con un espacio debe ser una experiencia enriquecedora y evocadora de cosas positivas, la evolución de espacios “donde estar” a espacios “donde ser”, ha traído nuevos retos para compañías como la nuestra.


“Cualquier interacción con un espacio debe ser una experiencia enriquecedora y evocadora de cosas positivas.”

Los ladrillos siguen siendo la razón central, sin embargo, espacios vacíos son espacios improductivos. Hacerse cargo de un inmueble implica mirar más allá al grupo humano que lo diseña, lo administra y lo vive. La conexión entre unos y otros se ha vuelto el verdadero devenir de este negocio.



Juan Carlos Uscátegui Mejía, Presidente Comité Directivo Accuro S.A.S.


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